Análisis de Godfall para PlayStation 5

Godfall fue el primer juego oficial anunciado para PlayStation 5, incluso antes de que la propia consola fuese presentada. La nueva obra de Counter Play, se autodefine como un «looter slasher», en una clara alusión a sus similitudes con juegos como Borderlands o Destiny pero con el combate cuerpo a cuerpo sustituyendo a la faceta shooter de los juegos mencionados.

Con esta etiqueta de género estamos ante un juego donde la repititiividad de misiones en busca de mejorar nuestro armamento y equipamiento están garantizados. Mecánica adictiva siempre y cuando sus misiones sean divertidas, su loot sea satisfactorio y los menús rápidos y efectivos. Por desgracia, Godfall no cumple con estas «normas» dejando un título divertido en sus principios pero que te hastía.

Godfall cuenta con un modo campaña de una duración media de unas diez horas. Si bien el lore creado para su universo es muy interesante, por desgracia no hace mucho hincapié en sumergirte en él. No hay una narrativa persé que ayude a ello. Vamos desbloqueando nuevas regiones, haciendo frente a sus «masillas», para acabar con su jefe correspondiente y al siguiente, así hasta acabar con Macros, el malo malísimo de la función.

Se intercalan algunas cinemáticas por aquí y por allá, pero si os las saltáis tampoco os vais a perder una gran narrativa. La historia acabará y seguiremos como en otros juegos similares, por el mero hecho de conseguir mejor loot y los hechos narrados nos habrán dado completamente igual.

El mayor acierto de Godfall es su sistema de combate, muy satisfactorio y sin grandes complicaciones, el cual sólo se puede ver algo lastrado por una cámara algo torpe y que en los combates más numerosos nos puede estropear la experiencia.

Este combate se basa en dos tipos de ataques, flojo y fuerte, con los cuales lograr de manera fácil combos. Además se suman las habilidades especiales, las cuales son muy espectaculares y tienen su estrategia para saber utilizarlas en el momento preciso.

El peso de las armas y las armaduras está muy bien logrado, dando una sensación de impacto, sobre todo, gracias al buen uso que hace de la vibración háptica y los gatillos adaptativos del DualSense.

Por desgracia, este buen hacer se ve lastrado por el resto del diseño. Enemigos poco variados, misiones muy poco variadas, escenarios muy similares entre ellos.

Otra de las patas fundamentales de este tipo de juego, su sistema de loot, por suerte es todo un acierto. Está muy bien equilibrado y la sensación de mejora y avance es constante. Pero por desgracia se ve lastrado por unos menús poco intuitivos.

La interfaz es lenta y farragosa, y además no nos muestra al igual que otros títulos, lo que hemos conseguido recientemente marcado para acceder fácilmente a ello. Teniendo en cuenta que vamos a estar constantemente en este menú, estropea el ritmo de juego notablemente.

Y como todo looter, su vertiente cooperativa online hace que sea muy divertido. Sin duda, es la mejor forma de disfrutar de Godfall, pese a que de esta manera se convierte en un juego más fácil pero al menos hace más llevadero sus momentos de monotonía.

Su apartado técnico es tal vez lo que más entra por la vista viendo sus anuncios. Un juego de manual para el comienzo de toda generación, de esos que buscan hacer uso de todas las novedades que ofrecen las nuevas máquinas y tirártelo directamente a la cara.

Godfall es un juego muy llamativo, colorido, que te arroja su ray-tracing de manera constante. Por desgracia, el diseño de niveles no le hace justicia y lo similar de sus escenarios le restan impacto con el paso de las horas.

En lo sonoro cuenta con una banda sonora muy épica, que de primeras nos sorprende muy gratamente pero que pasa completamente desapercibida a las pocas horas por su repetitividad y ausencia de mayor variedad. Llega con voces en inglés, muy bien interpretadas, y una más que digna traducción al castellano.